Miras atras y no ves nada, miras al frente y te mareas,
miras a los costados como si la paranoia
fuera la respuesta, pero las cartas estan hechadas,
la jugada esta preparada,
te queda una unica salida y es pedir que
la suerte te siga,
pero la adrenalina no favorece a la partida
dejandote en ruinas, pero no con las
manos vacias...
En la izquierda un dos de trebol para empezar otro juego
y en la derecha la ilusion de que esta vez
no pierda el corazon...
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